Levantarse muy temprano es difícil, y más en domingo, pero si es para una actividad como la que realizamos el 22 de abril es un poco más fácil. El anillamiento de aves, y más de la mano de Marina y de Paco es una experiencia motivadora. Primero por ver de tan cerca a una serie de aves difíciles de observar con tanto detalle de otra forma. Segundo por la sorpresa que supone desvelar toda la información que se puede obtener del anillamiento si se hace con criterios científicos. Es increíble como manos y ojos expertos pueden saber tanto donde el resto sólo ve un lindo pájaro. Por último, por el placer de liberar a estos pájaros, es imposible que no le dibuje a alguien una sonrisa cuando libera un ave.

 Este año logramos capturar menos aves y de menos especies que el anterior.  Pero por otro lado se lograron recapturas de pájaros que marcamos el año anterior y aumentamos el número de especies que hemos anillado en el proyecto ecocampus. Pero por ahora sacar conclusiones científicas es difícil, pero algunos de los objetivos marcados ya se han cumplido: disfrutamos y aprendimos, eso seguro.