En esta ocasión tuvimos la oportunidad de volver a visitar la Sierra de Baza. A pesar del cambio de hora y de las condiciones meteorológicas (lluvia y sobre todo mucha y espesa niebla), las ganas de realizar esta visita nos llevaron a estar a primera hora de la mañana al pie del cañón.
Comenzamos la visita desde Charches, donde descubrimos lo que era una era, valga la redundancia, y que a un conjunto de eras se le conoce como ejido. También tuvimos la oportunidad de teatralizar la leyenda del Duende de las Eras de Charches después de realizar una breve dinámica para que nos conociéramos un poco mejor entre todos los asistentes a la visita.
Desde Charches, caminamos hasta el inicio del sendero oficial “Los Blanquizares” pasando por una rambla. En ella, nos paramos a explicar qué es una rambla e identificar el tipo de biodiversidad que podemos encontrar en este tipo de ecosistemas.
Este sendero recorre una zona de máxima protección dentro del Parque Natural Sierra de Baza y nos mostró su enorme geodiversidad, encontrando sobre todo dolomías y filitas, que nos permitieron conocer la singularidad del territorio. También tuvimos la oportunidad de ver las increíbles vistas de la niebla a todo nuestro alrededor.
Durante la ruta fuimos conociendo su biodiversidad, como algunas especies vegetales que a causa de las duras condiciones climáticas y el tipo de suelo hacen que éstas desarrollen diferentes estrategias evolutivas para poder adaptarse al medio. Aprendimos a identificar con las claves dicotómicas las diferentes especies de enebro, pino y sabina presentes en la Sierra, y vimos algunos de estos árboles afectados por la procesionaria. Observamos también algunas plantas aromáticas como la salvia y el tomillo, y hablamos de sus usos tradicionales y recursos. Al iniciar el descenso tuvimos la suerte de ver ejemplares de arces y la gayuba o uva de oso, la cual nos despertó la curiosidad del origen del nombre.
En relación a la fauna, algunos pequeños carnívoros nos indicaron que pasábamos por su territorio gracias a los rastros que dejaban, con un olor parecido al de las plantas aromáticas…
Finalizando el recorrido llegamos al río Gor, uno de los ríos más importantes que nacen en estas sierras, y representamos bajo la lluvia el bonito paisaje que forma el bosque de ribera, compuesto por diferentes especies según la cercanía al agua, como los juncos, alisos, fresnos, álamos, chopos, olmos, sauces…Al finalizar la actividad y continuar el recorrido atravesando el río por un puente improvisado pero muy estable, algunos casi se caen y se quedan allí formando parte del bosque de ribera como nueva especie.
Ya en Gor, conocimos el pueblo, su patrimonio y tradiciones y pudimos descansar en uno de los bares del pueblo antes de coger de nuevo el autobús de vuelta a Granada.
Demostramos que, a pesar de la lluvia y de la niebla, siempre es un buen día para disfrutar de un domingo de excursión. Después de 17 km nos merecimos el café, el colacao, la cerveza y una ducha bien calentita.
Articulo redactado por Yolanda López y Andrea Camacho. Gracias por aportar vuestra visión (nublada).
Reblogueó esto en El Boletín de ARBA.
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