Visita Herbario y Jardín Botánico de la UGR. Tesoros verdes en el centro de Granada

Esta visita doble es una de las que desgraciadamente menos demanda tienen pero es tal vez la que más sorpresas produce en los participantes. La primera sorpresa es descubrir que el Herbario está en una antigua capilla que conserva sus pinturas y su altar. Un espacio que ha pasado de un uso sagrado a un espacio que custodia verdaderos tesoros de nuestra importante flora. Para un amante de las plantas posiblemente siga siendo un espacio «sagrado» pues representa el esfuerzo y legado de cientos, tal vez miles, de botánicos durante más de 150 años. Una colección (en realidad dos) que debe ser preservada pero a la vez usada para impulsar la botánica. Por cierto, otra agradable sorpresa que siempre el que se acerca a esta institución es conocer a Carmen Quesada su directora-conservadora, todo pasión. Por cierto hemos dicho institución pues un Herbario es más que una colección en un edificio hace falta un equipo de personas, un objetivo y un método.

La segunda parte de la visita nos lleva a un Jardín Botánico que tal vez no nació donde debiera pues su espacio  disponible nunca fue el necesario. También sufrió una convulsa historia. Pero al menos al final de todo tenemos un jardín que es depositario de algunos ejemplares increíblemente singulares y que refleja la botánica del siglo XIX. Una vez dicho esto, el protagonismo de la visita recalo una vez más en mi amado y admirado Ginkgo biloba

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