No se cómo andarán de agujetas los voluntarios que el pasado sábado acudieron al Campus Náutico de la Universidad de Granada en el Pantano del Cubillas para la actividad que teníamos programada del Programa Ecocampus Granada. Pero yo todavía noto cada uno de mis músculos después del buen trabajo que se hizo y de la sesión de relax posterior, por llamarle de alguna manera, dando remos por las tranquilas aguas del Cubillas.
Como no sabíamos como estaría el suelo de duro, al principio había ciertas dudas sobre si nos daría tiempo a acabar todo lo que teníamos programado. Pero daba igual, estos participantes podían con cualquier cosa. Así que, aunque empezamos por la construcción de nuestra charca de anfibios, visto que el ritmo iba muy bien, empezamos también de forma paralela la construcción del refugio de bichos. Para todos aquellos ajenos a Ecocampus, no os preocupéis, no estamos colaborando en la especulación urbanística del entorno, nuestra labor consistía en preparar el terreno para propiciar nichos adecuados a los potenciales anfibios de la zona y a todos aquellos otros bichos o bichejos que quieran ocupar nuestro hotel o la zona de refugios entorno a la charca.
Teníamos un barco de cuatro metros y pico de largo que enterrar, así que, poco a poco, pico a pico, azada a azada y pala a pala, conseguimos ir agrandando el hueco inicial para hacer hueco a este titanic reutilizado que nos habían reparado mejorando su impermeabilización y eliminando algunos elementos, y que nos serviría de cubeta para nuestra charca. Así tendría un toque más náutico y trabajábamos con otro modelo distinto al que ya tenemos en el campus de Psicología.
Por fin conseguimos hacer el espacio suficiente y colocar la barca en su posición final, con las pequeñas dudas sobre si estaba nivelada o no, que resolveríamos más tarde con su llenado. El siguiente paso era volver a enterrarla para que estuviese bien anclada y naturalizar la zona mediante la creación de una zona de roquedo en el entorno cercano a la barca, que también funcionará como zona de refugio, he introducción de algunas plantas, tomillos, romeros, lavandas y rosales silvestres. Un trabajo de jardinería fino finalizado con la incorporación de una rampa de salida de la charca.
Luego, mientras nos dábamos una vuelta con los kayac por el pantano del Cubillas (gracias a la UGR por dejar a nuestra disposición este recurso) o nos relajábamos tomando un café, el barco se fue llenando de agua y la obra se dio por finalizada.
Como hemos dicho, de forma paralela, una construcción de un hotel de bichos, realizado con elementos en su mayoría también reutilizados, con seis plantas destinadas a nuestros inquilinos, un sótano y una zona de buhardilla. Una obra estupenda, con la que hemos conseguido una categoría de “V mariquitas” (categoría inventada sobre la marcha y esperemos que pronto homologable para este tipo de construcciones a nivel internacional). Cañas, ramas piñas, cortezas de pino, corchos, hueveras de cartón, serrín, piedras, hojas, etc. diversos materiales para diversos hospedadores que encontrarán espacios variados en los que pasar unos días de descanso, un hogar, un lugar donde ir a zamparse a otros de los hospedadores, etc.
Como todavía nos quedaban algo de fuerzas, pues aprovechamos para hacer un riego de refuerzo a todas las plantas que se habían introducido en la zona en anteriores actividades de voluntariado.
Poco a poco este espacio va ganando en diversidad, gracias a vosotros, los voluntarios, que hacéis que este tipo de actividades sean posibles.